Entrando a Colombia. Conociendo el cementerio de Tulcán y el Santuario de Las Lajas

In Colombia, Crónicas de Viajes
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En la puerta de entrada, Ecuador muestra arte en su cementerio, y en la entrada sur, Colombia enseña una arquitectura casi imposible: Las Lajas.


[stag_icon icon=”calendar” url=”” size=”25px” new_window=”no”] Fecha del viaje: agosto 2017
[stag_icon icon=”video-camera” url=”” size=”25px” new_window=”no”] Mira el video al final del post

Colombia era quizás uno de los países que más escuchamos mencionar a los viajeros con quienes compartimos dormitorio en algún hostel de Sudamérica, o el asiento de algún bus que nos llevaba hacia un tour. Sabíamos que era un territorio grande y desde el principio estos viajeros nos advirtieron: 90 días no serán suficientes.

No lo creíamos hasta que nos vimos sentados en la oficina de Migración de Santa Marta estampando nuestro pasaporte con el sello de prolongación que otorga 90 días más; para nuestra sorpresa, no nos cobraron ningún valor por el trámite –quizás por ser ecuatorianos y pertenecer a la CAN (Comunidad Andina)–, normalmente tiene un costo de $90.000 COP –USD $30–.

Nuestro viaje empezó por tierra y desde el sur, cruzando una frontera muy concurrida en la cual demoramos más de media hora haciendo fila. Pero antes de permanecer tanto tiempo de pie, pasamos por un imperdible que se encuentra del lado ecuatoriano, a pocos minutos del Puente Internacional Rumichaca. Le dedicamos hora y media para recorrerlo con calma, fotografiarlo y llevarnos un gran recuerdo de un cementerio poco convencional.

Árboles podados artísticamente.
Esculturas en el Cementerio de Tulcán.

Se trata del reconocido cementerio de Tulcán (en lo más norte de Ecuador), cuyo nombre original es Cementerio Municipal José María Azael Franco Guerrero y su principal atractivo no se basa en los acabados o estilos arquitectónicos que poseen las bóvedas, columnas o mausoleos, sino en la forma artística en que podan los árboles de sus jardines, los cuales ocupan más de la mitad del área.

Al estar allí de pie, no podíamos creer la cantidad de esculturas que teníamos enfrente, algunas representaban la flora y fauna del país, así como su historia y varios sitios emblemáticos, como el monumento de la Mitad del Mundo. También se muestran figuras acerca de las diferentes culturas que ha tenido el mundo, como la Romana, Inca y Egipcia.

Árboles en el cementerio de Tulcán.
Un árbol podado mejor que el otro.
Cementerio decorado.
La mayor parte del cementerio se encuentra decorado.

Algunas son grandes y es notable su grado de perfección, los jardineros se preocuparon en pulir hasta el mínimo detalle. Las esculturas arbóreas se hallan dispersas en dos sectores. El primero tiene el nombre de “Parque de los Recuerdos” (donde es inevitable pasar una y otra vez por debajo de los Arcos Parabólicos Peraltados).

El segundo se llama “Altar de Dios” y fue aquí donde nació la primera escultura denominada Camino al Cielo. Entre los dos sitios, sentíamos que caminábamos en medio de un gran laberinto verde.

Paseos en el cementerio de Tulcán.
Arcos Parabólicos Peraltados.
Primera escultura del cementerio de Tulcán.
Escultura Camino al Cielo.
Figuras artísticas en el cementerio de Tulcán.
Caminos entre figuras.

A un costado de la entrada principal, se encuentran las oficinas administrativas donde, en el segundo piso, hay una pequeña muestra fotográfica sobre la historia del cementerio de Tulcán y del creador de dichas obras en árboles de ciprés. Indudablemente José María Azael dejó un legado inmaterial que se conserva hasta el día de hoy gracias a las manos de un equipo de podadores.

TOMAR EN CUENTA:

[stag_icon icon=”money” url=”” size=”25px” new_window=”no”] Costo de ingreso
No tiene costo

[stag_icon icon=”bus” url=”” size=”25px” new_window=”no”] ¿Cómo ir?
Desde la terminal de Guayaquil viajamos en bus hasta Tulcán en la cooperativa Flota Imbabura, el ticket costó USD $17,25 por cada uno y demoramos 12 horas, partimos a las 08:00 Pm.

[stag_icon icon=”pencil” url=”” size=”25px” new_window=”no”] Datos relevantes
Para llegar al cementerio tomamos un bus urbano frente al terminal (preguntamos a las personas y todos nos ayudaron), nos dejó a pocas calles de la entrada principal.

Ipiales, Santuario de Nuestra Señora de las Lajas

La primera atracción que muestra Colombia, al ingresar por el sur, es justamente la segunda maravilla arquitectónica del país, declarada monumento y patrimonio cultural, concedida como Basílica Menor por el Papa Pio XII en 1954.

Se encuentra a pocos minutos del centro de Ipiales, para llegar hasta allí tomamos un taxi colectivo cerca del Parque 20 de Julio, específicamente a tres cuadras de la Catedral (sobre Carrera 6, si preguntan por la cooperativa de taxis que llegan hasta el Santuario de Las Lajas, cualquier persona los ayudará). Cuesta $2,500 COP por persona –USD $0,85–.

Los vehículos llegan hasta un parqueadero, a partir de ahí se debe caminar 1 km por una calle empedrada, llena de tiendas artesanales y restaurantes. Cuando nos acercábamos al Santuario, observamos cientos de placas colocadas en las paredes con agradecimientos por los milagros realizados. Algunos creyentes, por falta de espacio, tuvieron que colocarlas sobre las rocas.

Agradecimientos por los milagros en Las Lajas.
Placas con agradecimientos.
Ingreso Santuario de Las Lajas.
Placas sobre las rocas, antes de llegar al Santuario.

Mientras avanzamos, leemos un poco sobre su historia; la primera capilla fue erigida en 1769, siete años después terminarían el segundo templo y en 1859 se construiría un tercero. La basílica que persiste en la actualidad se inició en 1916 y quedó terminada 33 años después con un estilo neogótico, la hicieron con piedras blancas y grises, desafiando los riesgos de la zona al encontrarse en un acantilado sobre un río. Tal hecho la vuelve más atractiva.

Fachada iglesia de Las Lajas
Santuario Nuestra Señora de Las Lajas.

Obtuvimos otra perspectiva de la arquitectura del Santuario de Las Lajas al cruzar el puente que se halla frente a su entrada principal (el ornamento blanco del interior es alucinante), posee dos enormes arcos por debajo y varias esculturas religiosas lo decoran a los costados. Subimos por unas escaleras que dejan sin aliento a cualquiera que venga directamente de la costa o de un clima cálido.

En el interior de Las Lajas.
Interior de la iglesia.
Esculturas sobre el puente de Las Lajas.
Esculturas religiosas.
Vista de la iglesia Las Lajas.
Las Lajas desde lo alto.

También logramos ver una cascada a la distancia y decidimos, luego de haber alcanzado tanta altura, descender hasta la parte baja de la basílica para contemplarla desde un plano diferente. A esta distancia el río suena con mayor auge, dándole un sonido enriquecedor al entorno, desde aquí es posible bajar un poco más y caminar junto a él sobre un sendero de tierra. Al inicio del sendero se puede observar una réplica de la Piedra de los Monos, unas figuras con las cuales los indígenas Pastos (autóctonos de la zona) adoraban al sol.

Puente iglesia de Las Lajas.
Otra perspectiva de Las Lajas.
De pie sobre el río en Las Lajas.
Hasta este punto pudimos llegar.
Réplica Piedra de los monos en Las Lajas.
Réplica Piedra de los monos.

Aparte de haber una cripta, un museo (cuyo costo de ingreso es de $3,000 COP –USD $3–), miradores, zonas de descanso, restaurantes, hoteles y un teleférico, hay un espectáculo por el cual muchos turistas esperan a que caiga la noche porque allí es cuando las paredes de la iglesia cobran vida al iluminarse de diferentes colores.

En ese momento era la hora de la misa, mucha gente estaba adentro, por lo que no vimos a nadie durante el regreso y todos los locales se encontraban cerrados. Estaba oscuro y aceleramos el paso hasta llegar al punto donde nos dejó el taxi, ¿acaso temíamos presenciar alguna aparición? Habían dos autos parqueados y nos regresaron hasta la misma calle cerca del Parque 20 de Julio.

Entrando al museo de Las Lajas.
Entrada del museo.
Iglesia Las Lajas con luces.
Santuario de Las Lajas iluminada.

TOMAR EN CUENTA:

[stag_icon icon=”money” url=”” size=”25px” new_window=”no”] Costo de ingreso
El ingreso a la Basílica no tiene costo (sólo el museo).

[stag_icon icon=”bus” url=”” size=”25px” new_window=”no”] ¿Cómo ir?
La forma más económica de llegar hasta el Santuario es en los taxis – colectivos que mencionamos más arriba.

[stag_icon icon=”bed” url=”” size=”25px” new_window=”no”] Alojamiento
No hallamos hostels en Ipiales, pero los hoteles son baratos. Nos hospedamos en el hotel Reina Isabella, muy cerca del Parque 20 de Julio. La habitación privada costó $50,000 COP (USD $17).

[stag_icon icon=”pencil” url=”” size=”25px” new_window=”no”] Datos relevantes
Se recomienda no salir durante la noche en Ipiales porque la mayoría de locales y restaurantes cierran sus puertas. A las 09:00 Pm sólo encontramos una panadería abierta.
La terminal de buses estaba a pocas cuadras de nuestro hotel, por lo que fuimos caminando.

[stag_icon icon=”exclamation-triangle” url=”” size=”25px” new_window=”no”] Precauciones
Al cruzar la frontera entre Ecuador y Colombia, unas furgonetas te pueden llevar hasta el centro de Ipiales por $1,900 COP (USD $0,65). Págales una vez que hayas bajado del vehículo y tengas tus mochilas a la mano. Tuvimos un percance con un chofer, decía que no le habíamos cancelado, cuando dentro del carro le había dado un billete de $10,000 COP.

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