Por ahí me decían ingeniera, otros fotógrafa, pero la verdad es que mi título es soñadora de realidades.
Ser diseñadora gráfica y fotógrafa aficionada freelance no me llenaba, le faltaba algo especial. Y descubrí que para ser feliz sólo necesito una cámara y conocer el mundo. Es por esto que después de casi 4 años de ser una máquina rutinaria, decidí escaparme de ella, coger una mochila y emprender a quién sabe donde.
“Expresar lo que sientes, sobre lo que ves”.