Pacoche, un refugio de vida silvestre en Manabí

In Costa, Ecuador
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Muy cerca del mar se encuentra un bosque húmedo con su propio microclima a casi 300 msnm. Se trata del Refugio de Vida Silvestre Marino Costero Pacoche, para ubicarse mejor, se halla a menos de cinco minutos de la playa de San Lorenzo, en la provincia de Manabí.


Esta área protegida es conocida por el sendero que se puede realizar en su interior, en el cual es posible observar distintas especies de plantas y animales; si se tiene un poco de suerte, los monos aulladores pueden aparecer por encima de nuestras cabezas.

Sendero refugio Pacoche, Manabí.
Refugio de Vida Silvestre – Sendero Pasaje del Mono

¿Cómo llegar?

Desde Guayaquil se puede ir por la ruta E482 que conduce hasta Jipijapa, para luego tomar el desvío y continuar subiendo. Sin embargo, nosotros preferimos hacer todo el trayecto por la Ruta Spondylus, tarda un poco más (cerca de cinco horas en total), pero es un viaje más tranquilo y, la mayor parte del tiempo, tenemos el mar al costado izquierdo; pueden hacer una parada por las diferentes playas del Ecuador.

Hay que llegar hasta la entrada principal llamada Sendero Pasaje del Mono, a un costado de la carretera, donde debemos registrarnos en la caseta de guardaparques y contratar el servicio de guianza para ingresar; el guía tiene un valor de $20.00 por grupo –de máximo 15 personas–. 

  • El horario de ingreso a la reserva Pacoche es de 09:00 Am a 04:00 Pm. Por el momento no cuentan con parqueadero, los vehículos se dejan a orillas de la ruta.

Nosotros pasamos la noche en la playa de San Lorenzo y, a la mañana siguiente, comenzamos el recorrido con un poco de frío y sin señal en el celular (excelente inicio para conectarse con la naturaleza). Lo primero que nos informan es que el sendero posee dos km, en los que entramos por un lado y finalizamos por otro; no tan alejado del acceso principal. 

Inicio del recorrido

Desde el inicio, nuestro guía –llamado Carlos– nos explica ciertos detalles acerca de los árboles y plantas que aparecen por el camino, como la planta malanga que es impermeable y recolecta agua. La palmera de mococha, con la que se beneficia la gente de la zona al utilizar su fruto, la semilla y sus ramas para la creación de artesanías.

O un bambú bebé de 16 días que mide cerca de dos metros de altura, al cual no debemos tocar, y si lo hacemos por accidente, rápidamente debemos frotar la mano en el pelo para sacar sus espinas pequeñas; no es un árbol, sino una hierba gigante.

Tronco de bambú.
Tronco de bambú

También nos muestra una tarántula venenosa de color café, puede saltar hasta un metro de alto. Se halla dentro de un hueco, el guía hace que salga con tan sólo frotarle la barriga con una ramita, simulando los movimientos de apareamiento de un macho; dice que, si la hembra no se siente satisfecha, mata al macho.

Entre otros animales nos topamos con las aves chachalaca (en Pacoche existen más de 300 especies de aves, 42 son colibríes), una pequeña culebra X, un búho que dormía en lo alto de un árbol de caucho, una araña de agua, un cangrejo de agua dulce –pancora– y los tan esperados monos aulladores que brincaban de una rama a otra, algunos cargaban a sus crías en sus espaldas; desde lejos los podíamos escuchar.

Tarántula venenosa en reserva Pacoche.
Tarántula venenosa
Monos aulladores.
Monos aulladores
Cangrejo de agua dulce: pancora.
Cangrejo de agua dulce: pancora

Otra de las especies más cautivantes de Pacoche, es la rana machalilla, considerada una de las más pequeñas del mundo. Un dato curioso: el macho es quien hace el sonido fuerte y carga a los bebés en su espalda. Hay que prestar mucha atención para lograr observarla, puede camuflarse entre las rocas o ramas.

Rana Machalilla en Pacoche.
Rana Machalilla
Rana Machalilla, de las más pequeñas del mundo.
De las ranas más pequeñas del mundo

¿Cómo es el sendero de Pacoche?

La primera parte del sendero de la Reserva Pacoche es empedrado, muy fácil de atravesar. Luego aparece el ripio, se vuelve tierroso y con más lodo (por eso recomendamos llevar buenos zapatos). En ciertos puntos se debe pasar por encima de las rocas, pisando firme para no resbalar, ya que se cruza por una parte del riachuelo que desemboca en la playa de San Lorenzo.

  • La mayor parte del camino es en descenso, les recomendamos llevar buen calzado –que pueda mojarse–, repelente, gorra y un abrigo ligero.

Hay una bajada por unas inclinadas escaleras de madera que poseen una especie de balcones desde donde se obtiene una amplia vista del bosque. Otra sugerencia es llevar ropa clara –de ser posible manga larga– para evadir a los mosquitos, y aunque entramos con los abrigos puestos, al final nos los quitamos debido a la humedad.

Sendero en el Refugio Pacoche, Manabí.
Sendero en el Refugio Pacoche
Cruce de riachuelo en Pacoche.
Cruce de riachuelo
Escaleras de madera en el sendero de Pacoche.
Escaleras de madera

¿Cuánto tiempo dura el sendero en Pacoche?

Tardamos alrededor de hora y media en culminar los dos km del sendero, salimos por otro lado, específicamente a dos km de distancia de la caseta donde nos registramos. Si tienen que volver a la entrada principal porque dejaron su auto estacionado allí, pueden tomar una de las camionetas que cumplen el papel de transporte público en el sector. Les cobrarán alrededor de $0.50 por persona y llegarán en pocos minutos.

Visitar el Faro de San Lorenzo

Luego de hacer el sendero en el Refugio de Vida Silvestre Marino Costero Pacoche, pueden aprovechar el día y conocer la playa de San Lorenzo (o llegar un día antes y pasar la noche ahí), queda a poca distancia. El pueblo es pequeño y tranquilo. 

  • Su playa tiene 3 km de extensión (debido a sus corrientes marinas, no es recomendable meterse a nadar) y sobre sus arenas se da la anidación de tortugas marinas la mayor parte del año.
Playa de San Lorenzo, Manabí
Playa de San Lorenzo

Otro de sus atractivos es ascender hasta su faro, ubicado en lo alto de la montaña. El acceso es gratuito, se puede ingresar desde la playa –como hicimos nosotros–, o desde un parqueadero sobre la calle. El sendero no es tan complicado ni cansado si se escoge una hora donde el sol sea de menor intensidad: temprano por la mañana, o a las 05:00 Pm.

A nosotros nos tocó un día nublado, por lo que se nos hizo más sencillo subir las escaleras. Al inicio aparenta ser una caminata interminable, pero en realidad es fácil completar los 830 m de distancia.

 Durante la subida nos topamos con varios miradores que ofrecen una gran vista hacia la playa de San Lorenzo, y otros hacia la playa La Botada: una ensenada donde, con un poco de suerte, se logra observar a las ballenas acompañadas de sus crías (más abajo les comentamos cuándo es la temporada de ballenas y cómo pueden contemplarlas).

Vista de la playa San Lorenzo.
Vista de la playa San Lorenzo
Sendero El Faro, San Lorenzo, Manabí.
Sendero El Faro, San Lorenzo
Playa La Botada, Manabí.
Vista de la playa La Botada

Nos dijeron que, en días soleados, es posible ver tortugas marinas y mantarrayas desde el acantilado, pero como el cielo se encontraba lleno de nubes, sólo alcanzamos a divisar la Isla de la Plata a lo lejos; si hacen el sendero en un día con mucho sol, recuerden llevar gorra porque la sombra se halla únicamente bajo los techos de los miradores.

Al poco rato llegamos hasta el faro. Hace más de 60 años la armada del Ecuador colocó el primero, pero se derrumbó y construyeron uno nuevo a finales de 2018, le agregaron paneles solares para que se encendiera durante la noche. 

Desde aquí gozábamos de un agradable panorama, después avanzamos por el sendero, pasamos por otros miradores hasta toparnos con el segundo acceso, el cual dispone de un parqueadero gratuito para quienes deciden venir en vehículo y caminar menos.

Faro de San Lorenzo, Manabí.
Faro de San Lorenzo
Sendero El Faro, San Lorenzo, Manabí.
Vistas desde el sendero
Miradores del sendero El Faro, en San Lorenzo, Manabí.
Miradores

El recorrido completo nos tomó alrededor de una hora, yendo a buen ritmo y parando a tomar fotos. Antes de las 06:00 Pm retornamos por la playa (por las mismas escaleras que subimos). Sobre el costado derecho de la playa, se encuentra una roca gigante a la orilla del mar, junto a la montaña; es de las postales más características de San Lorenzo, con la marea baja es posible caminar por en medio de ambas.

  • Sentimos mucha tranquilidad en el lugar, sin embargo, nos sugirieron no caminar, ni subir al faro por la noche, ya que es oscuro. Los fines de semana acuden más turistas.
Vista desde el sendero El Faro, en San Lorenzo.
Paisajes desde lo alto del sendero
Roca gigante a la orilla del mar en San Lorenzo.
Roca gigante a la orilla del mar

También nos hablaron de una cascada (en agosto posee poca agua) a la cual se llega a pie, acompañados por una persona de la comunidad que conozca el camino. Es posible acceder desde la carretera, atravesando un túnel –como especie de alcantarilla– en donde habitan murciélagos que, según nos dijeron, rozan las cabezas de los turistas al volar.

¿Dónde comer en San Lorenzo?

Si visitan San Lorenzo entre semana, deben saber que los restaurantes cierran temprano. Cuando regresamos de la caminata al faro –antes de que anocheciera–, no encontramos ningún local abierto. 

Tuvimos la suerte de que los dueños del hostal donde nos hospedamos (una familia canadiense muy amable), ofrecieron su cocina para prepararnos unas deliciosas hamburguesas caseras acompañadas con papas fritas, pagamos $10.00 en total por los dos. Las comimos felices desde la terraza del Lookout Beach Hotel.

Por la mañana sí es más fácil hallar un restaurante abierto, como El Delfin Azul 2, ubicado frente al mar y cerca de nuestro hospedaje. Allí desayunamos un bolón de chicharrón con huevo por $2.90.

Bolón de chicharrón en la playa de San Lorenzo.
Bolón de chicharrón

¿Dónde hospedarse en San Lorenzo?

El hospedaje al que llegamos fue el Lookout Beach Hotel –frente al mar–, nos dieron una de las habitaciones pequeñas del último piso con baño compartido. Pagamos $10.00 por persona. En la época que fuimos –agosto– se sentía mucho frío durante la noche, y no había agua caliente. También disponen de habitaciones con baño privado y desayuno incluido por $45.00 la noche –en pareja–.

Mejor época para visitar el Refugio Pacoche y San Lorenzo

Si bien es cierto, para disfrutar del sol y un clima cálido en el mar, se debe ir a la Costa en temporada playera que va de enero a abril –incluso puede extenderse hasta finales de mayo, el clima es impredecible–. 

Sin embargo, nosotros fuimos en agosto y el cielo nublado no fue impedimento para disfrutar del lugar, incluso nos ayudó para que el sendero al faro sea menos caluroso. El Refugio de Vida Silvestre Marino Costero Pacoche cuenta con su propio microclima, es probable que, durante cualquier época del año, necesiten ponerse un abrigo ligero al inicio del recorrido y quitárselo al finalizar debido a la humedad.

Por otro lado, si van entre julio a septiembre, pueden aprovechar en visitar la ciudad de Puerto López (ubicada a menos de hora y media de distancia) y tomar un tour para el avistamiento de ballenas jorobadas que toma un poco más de 4 horas, por lo general parten alrededor de las 10:00 Am. Existen varias operadoras turísticas que ofrecen este recorrido, la que recomendamos se llama Whale Expedition –593 99 199 5390–.

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