Entre comodidad, lujo y, sobre todo, aventura; así se vive la experiencia viajando en el Kontiki Wayra.
¿Qué es el Kontiki Wayra?
Manabí es una de nuestras provincias favoritas de la Costa ecuatoriana. Tenemos una fascinación por sus playas, incluso cuando no es temporada playera y el sol aparece con menor frecuencia; de todas maneras disfrutamos del clima y de los sitios que se pueden visitar, sobre todo de la gastronomía con la que nuestro paladar puede deleitarse al probar platos tradicionales preparados por la gente local.
¿Se imaginan embarcarse en un viaje que contenga actividades por mar y tierra? ¿Que abarque cultura, historia, tradición y, por supuesto –como mencionamos anteriormente– gastronomía local? Pues vivir esa experiencia es posible a bordo del pequeño yate de lujo M/Y Kontiki Wayra. Un recorrido alrededor de la provincia de Manabí donde la aventura es la protagonista principal durante los cinco días que dura la expedición.





En este yate de lujo sentirán que duermen en un hotel cinco estrellas –o más– en medio del mar, pero sepan que la mayor parte del tiempo estarán inmersos en emocionantes excursiones, lo que provocará que, luego de una ducha caliente, y al final de cada cena, caigan rendidos en la cómoda cama de sus camarotes; nos sucedió durante nuestra estancia en el yate.
¿Cómo y dónde inicia este viaje del Kontiki?
El punto de encuentro fue en el lobby del hotel Oro Verde de la ciudad de Manta. Era un domingo de mayo y nos recogieron en una furgoneta a las 04:30 Pm. Dentro del vehículo se encontraban los demás pasajeros que en su mayoría eran extranjeros, por lo cual los guías que nos acompañaban daban –inicialmente– las indicaciones en inglés.
Nos condujeron hasta el muelle de San Mateo, ubicado a 20 minutos aproximadamente de Manta. Allí nos embarcamos en unos botes que nos llevaron de inmediato hasta la parte trasera del yate –popa– donde varios de los tripulantes nos ayudaron a subir, a la vez que nos daban la bienvenida y sostenían nuestras mochilas pequeñas y nos retiraban los chalecos salvavidas.
Una vez a bordo, dejamos los zapatos guardados en una estantería para ingresar al comedor. Los muebles, el piso, el bar, las repisas, los adornos, la decoración en sí, todo fue deslumbrante a primera vista. Nos ofrecieron un jugo de naranja, mientras sugerían tomar la pastilla mágica para el mareo –muy recomendable– y nos dieron las llaves de nuestras cabinas; en realidad eran pulseras magnéticas resistentes al agua.
Conocimos el camarote donde pasaríamos las próximas cuatro noches. Tenía una cama ideal para los dos, una ventana amplia (donde, por supuesto, se veía el mar como patio trasero), televisión, baño con ducha caliente y los implementos completos, armario donde descansaban unas pantuflas y batas de baño. Asimismo, cómodo y con la decoración reluciente, junto con una botella de agua, snacks y una cafetera. Las luces y el aire acondicionado se manejaban a través de una pantalla táctil.


De vuelta a la sala, todos los pasajeros (el cupo máximo es de 18; en esta ocasión éramos menos) nos sentamos sobre los muebles. Nuestro guía principal, Raul –más conocido como Ruli– nos habló detalladamente sobre el itinerario y la aventura que nos esperaría en los próximos cuatro días; en realidad, cada noche nos explicaba cómo serían las actividades de la mañana siguiente y nos daba recomendaciones sobre la vestimenta y lo que debíamos llevar.
Algunos de los sitios que visitamos fueron: Isla de la Plata, la Comunidad Agua Blanca, Isla Salango, la finca agroturística El Perezoso, el restaurante Iche –cocina manabita de alto nivel– el Refugio de Vida Silvestre y Marino Costera Pacoche, y la Comuna de Pile.



Antes de pasar al comedor para sentarnos y disfrutar de la cena, nos presentaron a cada uno de los miembros de la tripulación Kontiki Expeditions, todos fueron personas excepcionales y grandes profesionales que estuvieron mostrando su mejor sonrisa durante el viaje, estuvieron pendientes de nosotros, preguntando cómo nos sentíamos o si necesitábamos algo (como pastillas para el mareo).
La cena de la primera noche, y los platos que sirvieron los días posteriores a la hora del desayuno, almuerzo y cena, contando los refrigerios, fueron formidables, tanto en presentación como en sabor, desde la entrada que, esta primera vez, fue un pan campesino seguido de un atún especial, hasta el plato fuerte (un wahoo acompañado de cuscús y salsas), sin olvidarnos del postre y la bebida que, la mayoría de las noches, pedíamos una copa de vino para dormir plácidamente mientras navegábamos.






Nuestro primer destino, a la mañana siguiente, fue la Isla de la Plata, amanecimos frente a ella y tocamos su orilla a las 08:00 Am, mucho antes de la llegada de las lanchas turísticas que parten desde Puerto López. Nos esperaba una agradable caminata por el sendero lleno de piqueros de patas azules, junto con otras especies de aves; posteriormente nos lanzamos al mar a practicar snorkel. Un día de aventura que se lo contaremos a detalle en el próximo artículo.
Escribiremos una entrada individual por cada día de recorrido, ya que tuvimos hasta dos actividades diarias.


¿Cuánto cuesta viajar en el Kontiki Wayra?
El recorrido que realizamos, de 4 noches – 5 días (de domingo a jueves), con todas las actividades, comidas y comodidades incluidas, tiene un valor de USD $2,000 más IVA para personas ecuatorianas y USD $4,250 para extranjeros.
Recuerden que se trata de un pequeño yate de lujo donde vivirán cinco días de aventura en la Costa ecuatoriana, precisamente en la provincia de Manabí, realizando actividades por mar y tierra mientras visitan varios puntos de la zona, conociendo más sobre la cultura ancestral, probando nuevos –y únicos– sabores, caminando en medio de la naturaleza y descubriendo el mundo marino a través de las gafas de snorkel, así como divirtiéndose con los juguetes acuáticos que posee el yate.
Disfrutamos de ellos durante dos días: nos lanzamos del tobogán que termina en el mar, la piscina oceánica, los kayak, las tablas de paddleboard y, la mayor sensación, los seabobs, una especie de moto de agua pequeña donde uno surca el mar acostado.





En pocas palabras, la experiencia en el Kontiki Wayra se trata de una expedición hipnotizante donde sus mañanas comenzarán muy temprano y, seguramente, al final del día se sentirán agotados, pero complacidos por descansar con todas las comodidades que se puedan imaginar. Sólo tendrán que preocuparse por disfrutar de las actividades que realizarán durante los cinco días, y deleitarse con el arte gastronómico del chef.




3 Comments